La estrategia radical

viernes, 3 de junio de 2011




En el día de ayer pasaron varias cosas vinculadas al radicalismo. Por un lado, fracasaron definitivamente las negociaciones con el socialismo para conformar una coalición a nivel nacional. El sentido de esta asociación era el de intentar construir una alternativa progresista al kirchnerismo, manteniendo vigentes las políticas que se consideraban positivas y corrigiendo aquellas que se percibían como negativas (sea el caso de la inflación o el indec). Esta alianza no pudo llevarse a cabo por el hecho de los acercamientos cada vez más concretos que el radicalismo de manera paralela estaba estableciendo en la Provincia de Buenos Aires con De Narváez. Frente a esta situación, Binner desistió de participar en dicho espacio, al considerar incompatible compartir lista con el potencial candidato a gobernador bonaerense. Ahora bien, ¿qué decidió hacer a nivel nacional el radicalismo ante la negativa socialista? Efectuó un cambio rotundo, y en la misma línea de lo que anteriormente ocurrió en la Provincia de Buenos Aires: renunció a tener un candidato de centro izquierda (en Buenos Aires el caso fue Stolbizer y en el país Binner) a uno más de centro o centro-derecha (en Buenos Aires De Narváez y en el país González Fraga). Frente a esta situación ¿cómo puede evaluarse esta decisión y qué futuro le puede deparar a la estrategia electoral del radicalismo?


Recordemos nuevamente la idea inicial respecto a la idea desde el radicalismo de construir una alternativa progresista al kirchnerismo. Esto es lo que intentó hasta el día de ayer y fracasó, lo cual derivó en las alianzas que terminó tejiendo. Ahora y pensando en la reacción del electorado independiente ¿Cómo evaluará este último la decisión del radicalismo de vincularse con actores que difícilmente puedan ser etiquetados dentro de un proyecto progresista? Rosendo Fraga en una nota que publicó en el día de hoy en La Nación ( http://www.lanacion.com.ar/1378610-alfonsin-opto-por-un-frente-de-centro ) señala que este cambio de perspectiva también implica una modificación en el tipo de votante al cual se busca conquistar. Recordemos que como nos demostró Juan Carlos Torre, el votante radical es más ambivalente y menos constante que el peronista. Frente a este escenario el electorado radical es más volátil y por ende, el partido debe conquistar otros votantes. Siguiendo a Rosendo Fraga, la estrategia radical significó pasar de la búsqueda del electorado de centro-izquierda (más vinculado con el socialismo) a uno más de centro (votantes vinculados con el PRO y el peronismo federal). El cambio de estrategia es notorio y posiblemente, tendrá impacto en el electorado pues el radicalismo se aleja de un sector para acercarse a otro. La lógica es que perderá votos (centro izquierda) pero al mismo tiempo compensará con otros (centro derecha). La cuestión es si se gana con el cambio. Volveremos a esto más adelante.

Ahora, ¿Qué consecuencias puede traer esto en el futuro? A diferencia de Rosendo Fraga, no estoy de acuerdo en que la decisión adoptada haya sido la mejor. El radicalismo tenía una oportunidad histórica de reposicionarse en el escenario político como una fuerza política progresista. La manera de hacerlo era no sólo construyendo un mensaje en este sentido, sino también llevando candidatos que sean reconocidos por el electorado como defensores de esta postura. La obstinada aspiración de contar con la pata peronista llevó al radicalismo a construir lazos con personas cercanas al peronismo crítico al kirchnerismo, el cual recordemos, dista de ser propio de un peronismo progresista (sino todo lo contrario).


Pese a esto, considero que difícilmente Alfonsín conquiste a nivel nacional el electorado propio del peronismo federal estando Rodriguez Saa y Duhalde como candidatos a Presidente. Por ende, el único sector político al cual puede aspirar a conquistar es el que pensaba votar al PRO, el cual si proyectamos se dividirá entre estos tres candidatos. Esto se entiende mucho mejor, si se piensa en el electorado que quedará marginado por la estrategia radical: aquel que podía pensar en votar al radicalismo ante una alianza con el Socialismo. Dicho electorado de centro izquierda (progresista pero crítico del kirchnerismo) con el cambio de estrategia radical ha quedado huérfano, en tanto se ha quedado sin candidato. Claro está, hay una solución para este sector: que se presente Binner como candidato a Presidente. Si esto ocurre, se demostrará con mayor fuerza el error estratégico del radicalismo, pues mientras que el voto progresista se dividirá entre el Kirchernismo y el socialismo, el voto de centro se dividirá entre Alfonsín, Duhalde y Rodriguez Saa. El punto es el siguiente: el radicalismo renunció a un electorado que no tenía candidato para pasar a buscar el voto peronista crítico que ya tiene candidatos. Ese electorado crítico pero no de una tendencia de centro derecha ha quedado “huérfano” (nuevamente siguiendo a Torre) y su futuro dependerá de lo que haga Binner y no Alfonsín. Es decir, ¿un votante de estas características podría votar por candidatos que han defendido a Menem, Duhalde o Moneta? Lo veo difícil…


La conclusión es la siguiente: El error radical le ha allanado el camino a Cristina Kirchner para ganar en Octubre. La pregunta a responder a futuro es ¿Por cuánto?