Pensamientos en torno al Mundial.

lunes, 28 de junio de 2010

Siempre que se juega un Mundial los medios argentinos difunden una hipótesis: que el o la presidenta tienen mayor capacidad de acción, dado que la atención pública está centrada en el fútbol y no en la política.


Algunas hipótesis relacionadas y con bastante apoyo empírico pueden secundar este planteo. En primer lugar, que los medios de comunicación cumplen una función de accountability. Es decir: los medios pueden ejercer control en el sistema político, ya que si llaman la atención sobre un problema y señalan culpables, estos actores pueden perder capital simbólico, que en una democracia puede significar que no te voten en la próxima elección, que te remuevan de un puesto, que nadie te dé demostraciones de apoyo para no quedar pegado, etc.

En segundo lugar, que la agenda pública –aquellos temas que el común de los mortales señalamos como los más relevantes en un momento dado- viene determinada en gran parte por la agenda mediática. En una frase clásica, “los medios no le dicen a la gente qué pensar, pero si sobre qué temas tiene que pensar” (este efecto de los medios es más potente para aquellas cuestiones de las que no tenemos experiencia directa: la inflación, por ejemplo, es palpable por el mero hecho de ir a un supermercado, por lo que tiene peso propio como para preocupar a la gente por más que no aparezca nada en los medios).

Estas dos hipótesis pueden ser combinadas: si el centro de atención de los medios durante un Mundial es casi exclusivamente el fútbol, la función de accountability de los medios no puede ser ejercida. En otras palabras: si ningún problema político forma parte de la agenda mediática, entonces los medios no tienen capacidad de modificar el capital simbólico de los actores políticos, si durante un mes de lo único que habla y piensa la gente es del Mundial y no de las decisiones políticas ni de sus responsables.

Un tercer factor importante es que en nuestro país el presidente cuenta con bastante poder de decreto, por lo que puede tomar decisiones sin pasar por el filtro del Congreso. Normalmente, los decretos tienen un potencial costo: la opinión pública puede indignarse de que una decisión importante se tome unilateralmente (consecuencia, nuevamente: el presidente pierde capital simbólico). Pero si la OP de lo único que habla es de fútbol, entonces esos costos potenciales se diluyen.

Como dije al principio, los medios parecen ser bastante concientes de esta situación. Sin embargo, es notable que no hagan demasiado por evitarla. Hasta ahora, me parece que solo La Nación intenta problematizar las consecuencias políticas del Mundial (ej. acá). De todas maneras, puede ser que se me pase por alto algún otro medio. En definitiva, yo también estoy con la cabeza en el Mundial.

2 comentarios

Anónimo dijo...

coincido 100% con la oración final: quizás el efecto no sea q los medios no hablan de otras cosas, sino q la gente no les presta atención. en mi caso, tengo la costumbre de leer el diario online a la mañana, y cuado voy a algún café usualmente tomo el diario y comienzo por la sección política; pero desde que empezó el mundial, solo tengo tiempo para mirar los partidos, y cuando tengo algún diario a mano comienzo por el suple del mundial

28 de junio de 2010, 19:45
AFH dijo...

Eso en parte es verdad, pero lo que se preguntaría la hipótesis de la agenda setting es cuánta influencia de los medios hay en que nosotros pensemos casi exclusivamente en el Mundial. Una cosa rara que pasa durante el Mundial es que a gente que no le gusta el fútbol empieza a opinar sobre jugadores, tácticas, técnicos... lo mismo que pasa cuando otros temas acaparan la atención: como cuando aparecieron las pasteras y de repente todos hablábamos sobre el medio ambiente como si fueramos especialistas.

29 de junio de 2010, 7:49